Para iniciar el año 2015 que mejor que seguir cultivando
la pasión de vivir leyendo un artículo de uno de mis escritores favoritos; el Dr. Jorge Bucay
¡Hay
que buscarse un amante!
“Muchas personas tienen
un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o
las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que
vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos
síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los
más diversos dolores. Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y
sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en
qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente
desesperanzadas. Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios
en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:
"Depresión" y la infaltable receta del antidepresivo de turno.
Entonces, después de
que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo
que realmente necesitan, ES UN AMANTE. Es increíble ver la expresión de sus
ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¡Cómo es posible que
un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica!
Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más. A
las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la
siguiente definición: Amante es: "Lo que nos apasiona". Lo que ocupa
nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no
nos deja dormir.
Nuestro amante es lo
que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida
tiene motivación y sentido. A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra
pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos
hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la
política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de
trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o
en el obsesivo placer de un hobby... En fin, es "alguien" o
"algo" que nos pone de "novio con la vida" y nos aparta del
triste destino de durar.
Y ¿qué es durar? Durar
es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse
la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores,
alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que
nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y
de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo
el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana. Por
favor no te empeñes en durar, búscate un amante, sé también un amante y un
protagonista... de la vida.
Piensa
que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y
nunca se olvidó de nadie. Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin
dudar, búscate un amante... La psicología después de estudiar mucho sobre el
tema descubrió algo trascendental: "Para estar contento, activo y sentirse
feliz, hay que estar de novio con la vida".
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