Recordando la infancia cuando mis papas llevaban a mis hermanos y a mí al rancho de los tíos en el poblado de La Estación Symon Durango, donde mis hermanas generaban un cumulo de emociones al saber que teníamos la oportunidad de viajar en el tren de pasajeros; mejor conocido como “el pollero” de Ferrocarriles Nacionales de México, ya que en dicho tiempo ¡ni maleta hacíamos! solo un morral simple con lo básico. Lo importante eran las vacaciones, así como visitar a los parientes que nos llevaban a apreciar los sembradíos, estanques, las chivas, vacas y realizar actividades al aire libre. Pero, sobre todo… las anécdotas adquiridas en nuestras vidas. He tenido la fortuna de conocer diferentes ciudades y pueblos. En donde ir de un lado a otro da como resultado acumular amigos, vivencias y aprendizajes; entre otras cosas… por lo que “la maleta” es nuestra compañera de viaje y no debemos descuidar por nada ni nadie. Ante tal acción es conveniente ser hábiles y no cargar con cosas donde difícilmente serán aprovechables… ¡traer nada más lo indispensable! Logremos llevar lo que nuestro cuerpo puede; ya que habrá momentos por los cuales estaremos solos y nadie nos ayudará en el trayecto.
Una maleta o mochila es significativa para todos: porque es más que un objeto personal para trasportar cualquier cosa por los diferentes usuarios como lo son: los niños, estudiantes, obreros, amas de casa, profesionistas, excursionistas y hasta las mascotas. ¡Algo hay de cierto! Que es un producto de primera necesidad; al facilitar el proceso de traslado y protección temporal hacia la conservación o realización ejemplar de cualquier actividad en un ambiente diferente al habitual y literalmente mágico… ¡donde cabe todo lo que echemos! “pero; bien acomodado” para terminar las acciones como lo planeamos.
A lo largo de nuestras vidas, la mayoría hemos tenido una
mochila; ya sea para la escuela, el trabajo o cualquier otro movimiento. Ante
tal escenario… ¿Porque le ponemos más atención a la hora de escoger? En el
mayor de los casos: va más allá de un objeto. Se puede decir que es un
accesorio con sentido de pertenencia, donde nos proporciona estatus ante una
sociedad moderna, así como un instrumento al hacer una tarea más fácil. Ante lo
dicho; ¡la mochila! entre otras cosas… juega un buen papel en la vida de cada
ser, ya que nos acompaña a los lugares en el cual queremos estar, ¡pero sobre
todo! nos da la seguridad al saber que traemos esas cosas “propias y valiosas”.
A cualquier sitio donde vallamos; a corto o largo plazo, significa mucho poder
elegirla. Puede ser ergonómica, de excelente material, y algunas veces impermeable.
Pero lo más importante es “disfrutar esa actividad o viaje de mochilero”.